Este tipo de estudio se realiza en pacientes con síntomas que orienten el diagnóstico hacia una alteración postural.

Con esta breve información se quiere transmitir el concepto básico y la utilidad de la posturología, pero es necesario entender que se trata de una explicación incompleta, hecha únicamente para que se conozca de forma simple qué estructuras hacen de “reguladoras” de la postura y que la alteración de alguna de ellas puede desencadenar una serie de adaptaciones posturales de todo el cuerpo.

¿Qué es la posturología?

La posturología es la ciencia que estudia el sistema tónico postural (STP), su regulación y las alteraciones, adaptaciones y formas de tratamiento que existen. Cualquier nivel de dicho sistema puede presentar disfunciones que alteren el resto de niveles y terminen generando un desajuste postural.

Los receptores posturales transmiten la información que reciben al sistema nervioso central, el cual produce una respuesta postural específica para ese momento determinado, modificando el estado de las cadenas musculares y, en consecuencia, de las articulaciones y del equilibrio del cuerpo.

 

¿Por qué es relevante el pie en la postura?

Los captores o receptores de información del medio externo o interno (la posición de nuestras articulaciones, vísceras…)  que intervienen prioritariamente en el ajuste postural estático y dinámico son el ojo y el pie.

En concreto, la posturología clínica analiza el pie en profundidad porque el sistema nervioso utiliza la información que este captor le proporciona en el ortostatismo para regular la postura, ya que es el soporte de todo el cuerpo en carga. Por esto, de pie las cadenas musculares tienen su origen en los pies, tanto las cadenas estáticas, las cuales nos permiten tener un tono muscular de base para alcanzar una postura estática, como las cadenas dinámicas, que hacen posible el movimiento en el ambiente.

Debido a estas cadenas musculares que tienen su origen en el pie, el apoyo plantar condiciona la alineación de la columna vertebral y, por tanto, del resto de estructuras ascendentes, por lo que resulta lógico que a un mal apoyo le sigan ajustes posturales de todo el cuerpo para intentar llegar a la estabilidad.

Lo mismo sucede a nivel descendente si hablamos de los ojos o la boca, de forma que si el sujeto padece de problemas de visión, dentales o mandibulares, esto puede desencadenar una serie de desajustes en la inclinación de la cabeza, la basculación de las escápulas y la pelvis e incluso en el apoyo plantar.

Diagnóstico y tratamiento personalizado

Cuando se trata de pacientes con problemas posturales, el origen puede estar en problemas de integración de reflejos primitivos que han impedido un correcto control de la postura ortostática o en cualquiera de los captores que mandan información al cerebro sobre la postura del sujeto (ojo, boca, vísceras, pie).

La labor de los profesionales formados en el campo de la posturología es, utilizando una batería de test y/o con la ayuda de una plataforma de presiones, detectar dónde está la causa inicial y corregirla.

Una de las partes más importantes de la posturología es comprender el trabajo interdisciplinar, ya que, dependiendo de dónde encontremos el origen del problema, deberemos derivar al oftalmólogo u óptico (ojo), al odontólogo (boca), al podólogo (pie) o al osteópata (vísceras), o a varios si es necesario.

En caso de que el problema postural tenga su origen total o parcialmente en el pie, se pueden realizar plantillas posturales personalizadas, formadas por elementos muy finos cuya función es muy diferente a las plantillas biomecánicas.